Luego de finalizada la
Segunda Guerra Mundial, se comienza a intensificar la dependencia del petróleo
de los países desarrollados; el petróleo y sus derivados pasaron a sustituir el
carbón a mediados del siglo XX concatenado esto con la invención del motor de
combustión interna y la masificación de los vehículos y maquinas que se ponen
en funcionamiento con derivados del petróleo. Se posiciona el petróleo como la fuente
de energía numero uno. Los países que poseen el poder económico, mal llamados
“potencias” lo necesitan para la satisfacción de necesidades, que van desde el
funcionamiento de empresas, hasta el funcionamiento de su arsenal bélico, que
en tiempo de guerra se convierte en un producto aun mas importante.
En los años 50 había mucha
preocupación en torno a si iba a alcanzar el petróleo para los años
subsiguientes y mantener la demanda que era cada vez mayor con el crecimiento
de las industrias, sistemas de transporte, infraestructuras, así como los
productos varios que derivan de esa materia prima que debido a su utilidad cada
día se hacía más importante.
Los hidrocarburos
continuaran en la décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial una demanda
creciente, aseveración que considero continua latente hasta nuestros días.
El nacimiento de la
industria química en estos años (50´ y 60´) que unida al área petrolera generan
una nueva rama de esta a la cual se la da el nombre de petroquímica, con un
amplio campo de aplicaciones que se amplían cada dia que van desde los abonos
químicos, explosivos hasta el caucho sintético y una gran cantidad de productos
plásticos.
El
petróleo se convierte en la mercancía más importante.
Las exportaciones de petróleo y de
productos derivados ocupan, por su valor, el primer lugar en el comercio
internacional. En el área capitalista, los envíos se dirigen los envíos se
dirigen desde regiones subdesarrolladas en las que citamos Medio Oriente,
Venezuela, Indonesia y Noráfrica; hacia potencias industriales como Estados
Unidos, Europa Occidental, Japón, Australia y Nueva Zelanda. Allí evidenciamos
la alta dependencia de las potencias del petróleo.
Un rasgo que creo importante resaltar
es que estas exportaciones es que ellas no son efectuadas por empresas privadas
o estatales de los países exportadores, sino directamente por las grandes
empresas monopolísticas extranjeras, poseídas por las oligarquías capitalistas
de los mayores países consumidores.
Otro rasgo no menos importante, y
complementarios del anterior, es que los destinatarios de las exportaciones
son, en su mayor parte, las mismas empresas exportadoras, o empresas “hermanas”
o matrices pertenecientes al mismo grupo financiero. Estas transacciones
internacionales con petróleo resultan ser, por consiguiente, meras
transferencias internas dentro de un monopolio internacional.
Vale recalcar además que parte
considerable de los barcos que transitan entre países distintos son propiedad
de las compañías internacionales.
Todo esto basta para dar una idea del
grado extremo de concentración en el comercio internacional del petróleo.
Petróleo
la actividad más importante en la exportación de capitales
El crecimiento de la
colocación de capitales petroleros ha sido especialmente impetuoso en las dos
décadas transcurridas desde la Segunda Guerra Mundial, siendo el principal
factor del aumento de las inversiones extranjeras norteamericanas e inglesas.
Tanto los intereses
británicos y norteamericanos ampliaron en la década de los 50 y 60 sus
ganancias y propiedades, ayudados por la creciente utilización del petróleo
para fines militares y por el paso del carbón al petróleo en la industria. Pero
los monopolios norteamericanos se desarrollaban con mayor rapidez y mejoraban
notablemente su posición, en relación con sus rivales británicos. Las compañías
petroleras norteameamericanas invirtieron miles de millones en el exterior, en cifras
muy superiores a las exportaciones de capital de cualquier de cualquier otro
grupo de monopolios. La división del mundo entre los grandes monopolios resulta
más clara en los materiales industriales fundamentales: petróleo y metales.
Vale recalcar que la
actividad petrolera es la más monopolizada en el mundo capitalista. Esto puede
comprobarse en lo que concierne a:
·
Pequeño número de empresas;
·
Número más pequeño aun de grupos que
controlan dichas empresas;
·
Fuerte régimen de coalición de tales grupos a
nivel internacional.
Puede afirmarse sin lugar a
dudas, por los temas discutidos en clase, y por lo planteado por algunos
analistas importantes en el área petrolera, que el petróleo es el reino de los monopolios internacionales.
El
petróleo es la actividad de mayor integración vertical en escala internacional
Lo peculiar de las grandes
empresas petroleras es la realización de toda la cadena de actividades que van
desde la búsqueda de los yacimientos petrolíferos y su perforación hasta la
elaboración de los diversos derivados para uso o consumo final, y que les
permiten llevar el petróleo desde las profundidades del subsuelo hasta el
tanque del automóvil del cliente.
Así, estas monumentales
empresas llevan a cabo la integración de fases que corresponden, sucesivamente,
a los sectores técnicos primario, secundario y terciario, eliminando,
sometiendo a su control o reduciendo a un mínimo insignificante, de esta
manera, a los intermediarios que normalmente aseguran la interrelación entre
los sectores y por ello obtienen ingresos. Con la integración verticalmente,
tema que hemos discutido en clase y practicado por los grandes monopolios del
petróleo, tales ingresos, en su mayor parte, afluyen a las empresas
propietarias. Pero lo más significativo es observar que tales transacciones
entre sectores ya no se realizan en el
mercado, pero si dentro de la misma empresa de manera que no exista un “precio”
verdadero que las rija: no hay precio, por ejemplo, para la entrega del crudo a
la refinería o del bunker C al tanquero de la misma empresa.
Ello trae como consecuencia
que el vasto segmento del petróleo crudo y de los derivados no terminados
predomina un confuso sistema de “precios” artificiosos o ficticios, manipulados
básicamente por las empresas, con intervención subsidiaria de los gobiernos
algunas veces; precios que a menudo difieren para uno y el mismo producto,
según el propósito para el cual hayan de utilizarse.
Todo esto hace especialmente
intrincada la investigación de las relaciones de costos, precios y beneficios
en las diversas fases, en el proceso vertical de producción del petróleo crudo
y sus derivados; pues además del secreto con que se rodean las transacciones
intraempresa, tales conceptos se reducen a otros tantos asientos de
contabilidad realizados al arbitrio de la dirección de la empresa y sobre bases
esencialmente convencionales. Ahí radica una de las grandes dificultades que
encuentran las naciones concesionistas del petróleo en la aplicación de una
política tendiente a obtener una participación creciente en los ingresos
petroleros.
El
petróleo es la explotación más lucrativa en escala internacional
La inversión exterior es tan
atractiva en petróleo precisamente porque es la más lucrativa entre todas. Como
se verá en detalle más adelante, los beneficios de 50 porciento y más, en
Venezuela y en el Medio Oriente, no son, en forma alguna excepcionales para las
compañías petroleras, incluso para fechas recientes, pese a los intentos de los
países propietarios de los yacimientos para incrementar sus ingresos.
El monto de ganancias
petroleras supera netamente, acercándose solo la industria automovilística.
También en cuanto al porcentaje de ganancia sobre las ventas, figura el
petróleo en el primer rango, al lado de la industria química y del transporte.
Desde los Estados Unidos lo
han visto no solo como unos de los más lucrativos, sino que además han dado
líneas a las compañías y el petróleo mas alla del ánimo lucrativo ha pasado a
formar parte de su dominio geopolítico, que unido al capital les abarca más
poderío mundial. El Departamento de Guerra (Año 1965) propugno enfáticamente
con respecto a las operaciones en el exterior lo siguiente:
“Las compañías americanas no
solamente deben continuar sino aumentar su producción de petróleo extranjero.
Es preciso comprender que los recursos y desenvolvimientos petroleros de los
Estados Unidos en el extranjero pueden presentar problemas de evacuación de
personal y de protección de la propiedad, especialmente en periodos de
perturbación o de amenaza de esta”.
“Los ciudadanos americanos
deben ser plenamente protegidos por nuestro Gobierno en el desarrollo de sus
legítimas empresas en el Medio Oriente y otros campos extranjeros. Deben tener
la seguridad de que pueden competir en igualdad de condiciones con los de otros
países en estos campos y de que sus propiedades y otros derechos son cabalmente
respaldados por nuestro Gobierno.”
Esta es la certificación de
que el Gobierno de los Estados Unidos con su poderío protege a sus grandes
monopolistas.
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