Cuando hablamos de industrialización
en Venezuela pensamos de lo posible y de lo cercano que esta eso, sobretodo en la
juventud, pero luego debido a la voluntad y la demagogia constante con la que
es utilizado el tema la gente vuelve la vista nuevamente al ingreso dependiente
de nuestro país la renta petrolera.
No es esto imposible si se delega
en personas capaces de llevar a cabo un proyecto real de industrialización en
un país como el nuestro, que por muy difícil que sea no es imposible. La
experiencia contemporánea nos ha demostrado que cualquier país puede
industrializarse y generar tecnologías en espacio de una generación, hace falta
la voluntad de llevarla a cabo con proyectos coherentes con las necesidades
sociales del país, y la inversión necesaria.
Este es un tema sobre el cual se
ha hablado y escrito mucho y ya la esperanza sobre la ocurrencia de esto está pérdida
en parte de la población, es necesario que los jóvenes veamos la importancia de
esto y debemos tener la voluntad de que esto sea materializado. La
responsabilidad en parte corresponde a las universidades, sin embargo no
podemos echarle toda la culpa, porque incluso desde esos espacios es lo menos
en que se piensa en un desarrollo nacional, al menos desde quienes la dirigen y
generan las políticas y proyectos. Históricamente ha sido la universidad un
semillero de burócratas y no creemos en el corto plazo que esto cambie.
Nos corresponde a los jóvenes formarnos
para construir esa Venezuela productiva que recupere los campos para la producción
y con ello calidad de vida al que se dedica a ello, recuperar las fábricas y
espacios que por mala administración han sido llevados a la quiebra, las
comunidades también deben ser parte importante en ese proceso desde el trabajo
practico, no desde la demagogia constante que se emite por los medios de comunicación
en función de mostrar algo que no existe o para mostrar los “potes de humo” y
engañar a la gente, sin menospreciar el saber que aportan los obreros y
trabajadores desde sus comunidades.
El problema no es solo académico y
eso debemos entenderlo, no solo la opinión sobre un tema para generar un
debate, es también pensar sobre cuál es la industrialización que se quiere, que
se debe producir, ya que previendo experiencias pasadas una industrialización equivocada
puede generar un desastre.
Es responsabilidad de los jóvenes
llevar a cabo esta tarea impostergable para nuestro país, superar el rentismo
petrolero y un país con sectores industriales y “productivos” que se enriquecen
y que además sin ser ello suficiente dependen del Estado. Necesario generar un
debate y construir proyectos en función del desarrollo nacional, formarnos más allá
de lo que se nos enseña, como universitarios debemos además trascender de las
herramientas que nos da la universidad, ver experiencias similares planteadas
en países que han pasado por esto que nos sirvan para darle soluciones a
nuestros problemas económicos y sociales que se presentaran en el largo plazo.
Bibliografía
Domingo Alberto Rangel . La industrialización en Venezuela, 1958.
Danilo Pérez
Estudiante de Derecho UCV
Consejero de Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas
@daniloucvista
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